Elías Josué un chico de unos 20 años, integrante del Futbol Club Perla de San Antonio Silva de la tercera división profesional en El Salvador, decidió dejar las filas del once que conforma el Grupo B de la zona centro oriente, para ir en busca de cristalizar su sueño americano y reencontrarse con su padre que ahora vive en Carolina del Norte; sin embargo, Elías y su hermano, son dos de los 24 centroamericanos que la noche del lunes fueron bajados de un camión de pasajeros por hombres armados, cuando viajaban por las carreteras del sur de Tamaulipas al noreste de México.
Ninguno de los dos hermanos salvadoreños conocían la cruda realidad de viajar rumbo a Estados Unidos, si acaso habían escuchado hablar de que en “Tampico, secuestran gente”, dijo el joven sub- 23 de la liga profesional de El Salvador. Elías Josué y su hermano, pagaron 2 mil pesos cada uno por ser llevados hasta el municipio fronterizo de Nuevo Laredo, pero fueron interceptados por lo que no les quedó de otra, más que ponerse a meditar lo que había sucedido y valorar la suerte con la que corrieron ya que pudieron haber sido asesinados.
A Elías, el susto le valió para no volver a intentarlo, luego de haber tenido contacto con las bandas criminales que gobiernan en Tamaulipas, prefiere poner su mejor esfuerzo en la escuela y entregarse al máximo con su club, en donde desde hace diez días no se reporta a las concentraciones el “morro”.
Volante por derecha de habilidades limitadas, según la sinceridad con la que dijo que formaba parte del San Antonio Silva, Elías Josué, luego de haber pasado la peor noche de su vida, pues desde las 10:30 de la noche del lunes que fueron secuestrados, hasta luego de las tres de la tarde del martes, no había comido nada y su apetito estaba hambriento, no así las ganas de ir nuevamente por el sueño americano.
En el contingente de centroamericanos venían un niño y una niña; al menos tres mujeres y el resto eran varones, pero de 24, solo Elías y su hermano eran de El Salvador… por cierto nadie los rescató, solitos se escaparon de los delincuentes pues los llevaban hacia un paraje de la zona metropolitana de Tampico en un microbús y en uno de los altos que hizo el conductor a causa del trafico del martes, se comenzaron a lanzar por las ventanas y puertas del camión, todo con la finalidad de recuperar la libertad y mantenerse con vida.
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